Todos los años miles de alicantinos hacen la romería de la Santa Faz unos por devoción, otros por tradición, otros por el mero hecho de pasar un día en el campo o disfrutar de los puestos ambulantes que se colocan en la pedanía. Al margen de cuestiones de fe, ¿sabemos de donde viene esa devoción y tradición?
Historia del lienzo
Según la tradición católica, durante la Pasión de Cristo, una mujer que más tarde sería conocida como Verónica se quitó su velo para secar con él la cara de Jesucristo. La imagen de la cara de Jesucristo quedó impresa en el pañuelo de lino y éste milagrosamente se conservó a través de los siglos, convirtiéndose así en un objeto de culto.
Según algunas versiones, Verónica viajó a Roma a presentar el paño al emperador romano Tiberio ya que el velo poseía propiedades milagrosas, como quitar la sed, curar la ceguera o incluso resucitar muertos. Existe el convencimiento de que el lienzo estaba presente en la antigua basílica de San Pedro durante el papado de Juan VII.
A pesar de que la reliquia tuvo que pasar algunos siglos delicados y convulsos en Roma no hay evidencias concluyentes de que dejara la Basílica de San Pedro durante todos esos años.
Orígenes de la Santa Faz alicantina.
El origen de la tradición se remonta al siglo XV cuando el cura de San Juan de Alicante Mosén Pedro Mena viaja a Roma y un cardenal italiano le obsequia con el venerado lienzo de la faz de Cristo al que se le atribuía haber salvado a Venecia de la peste además de muchos otros milagros en agradecimineto por las atenciones mostradas hacia el cardenal cuando visitó la corte española. El sacerdote trae el lienzo a San Juan y lo deposita en el fondo de un arcón. Pese a colocarlo en el fondo, el lienzo siempre aparece en la parte superior.
Enterados los vecinos de tal prodigio, solicitaron sacar el lienzo en procesión de rogativa un 17 de marzo de 1489 para pedir la lluvia en tiempos de una larga sequía. Caminando en dirección a la ermita de Los Ángeles, al llegar al Barranco de Lloixa el Padre Villafranca sintió un gran peso y no pudo sostener el lienzo observando como brotaba una lágrima del mismo.Tras el suceso, se decidió aplazar la Rogativa hasta la semana siguiente. El 25 de marzo de 1489, tal multitud se congregó en la ermita de Los Ángeles que la Eucaristía debió celebrarse al exterior. Momento en que una fina lluvia ponía fin a la sequía. Tras este vinieron más milagros, que normalmente tenían que ver con el agua o plagas de todo tipo. En el lugar del primer milagro se alza el actual Monasterio de la Santa Faz con su maravillosa fachada de estilo barroco. La Santa Faz pese a pertenecer moralmente a San Juan pasó a manos de Alicante al segregarse esta última villa en el siglo XVIII.
Romería (La peregriná)
La romería al monasterio de la Santa Faz tiene más de cinco siglos de antigüedad. En esta romería se recorren los ocho kilómetros que unen la Concatedral de San Nicolás de Bari, punto de partida de la romería, donde los peregrinos recogen sus cañas con una ramita de romero en uno de los extremos, hasta la llegada al monasterio de la Santa Faz, con el fin de venerar el lienzo en el que está plasmada la imagen de la «faz» de cristo recogida por la Verónica. A lo largo de dicha romería se reza el viacrucis que se levantó en los años 50 donde se detiene la reliquia y se realizan los rezos oportunos. Son 13 estaciones de piedra arenisca con un azulejo representando la Pasión. También es típica la «paraeta» en la que se toman rosquillas y mistela. Esta «paraeta» recupera una vieja tradición en la cual en la Finca «lo de Díe» se tenía por costumbre a descansar, camino del Caserío, porque sus propietarios invitaban a autoridades religiosas y civiles a hacer un alto en el camino, recordando cierto año en que un chubasco primaveral sorprendió a los romeros que encontraron refugio en la Finca, en la que fueron invitados a rollitos de anís y vino de Fondillón.
Una copia del lienzo encabeza la romería para posteriormente exponer el original en la Plaza de Luis Foglietti.
La festividad es siempre el segundo jueves después de Semana Santa es decir el «primer jueves de Dominica in albis». Es tradicional que los asistentes a la romería vistan el traje típico de peregrino que está formado por un blusón negro y un pañuelo al cuello con los colores de la ciudad: blanco y azul.
En los alrededores de la iglesia se sitúan muchos puestos de venta ambulante en los que es típico comprar algún objeto de artesanía como botijos o cántaros. También es característico de Santa Faz, las comidas de los peregrinos al aire libre en los campos de alrededor o las ferias de atracciones que se montan en las inmediaciones.
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